Las cifras más recientes indican que casi el 30 por ciento de la población mundial sufre de obesidad o de sobrepeso. La Organización Mundial de la Salud proyecta que para el 2015, unos 2.300 millones sufrirán de sobrepeso y más de 700 millones estarán obesos. En 1985, habían unos 30 millones de casos de diabetes alrededor del mundo. Hoy hay cerca de 383 millones de casos –un incremento del 1.173 por ciento. Tristemente este patrón no muestra señales de disminución.
Las estadísticas son todavía más alarmantes cuando uno analiza el impacto futuro del proceso de urbanización. Por ejemplo, en la India y la China los índices de obesidad en las ciudades es cuatro veces el de las zonas rurales, en parte a raíz de los ingresos más altos y un estilo de vida con menos actividad física. Un estudio en la China demostró el fenómeno de la urbanización aumenta el consumo en unas 500 a 600 calorías diarias, el equivalente a comerse más de 300 almuerzos de Big Mac al año.
Además, el costo económico de la obesidad en la sociedad es significativo. Éste asciende a $2 millones de millones, o cerca del 2.8 por ciento del producto interno bruto mundial (PIB), el equivalente al PIB de Italia o Rusia. En México, la obesidad es el costo artificial más alto que tiene la sociedad; por encima de la dependencia al tabaco, el alcoholismo, la violencia y los accidentes de transito. En el Reino Unido, la obesidad es el segundo costo más alto después del tabaquismo, costándole a ese país más de $70.000 millones al año. En los Estados Unidos, un estudio realizado por la Universidad George Washington y la Asociación Americana de Actuarios calcula que el costo de la obesidad en el 2014 solamente, fue de $605.000 millones y la causante del 20.6 por ciento de los gastos nacionales de salud.
Estos son costos abrumadores que están causando que los gobiernos y las sociedades reevalúen sus políticas nacionales en torno a la nutrición.
Hay muchas razones por las cuales las sociedades han subido tanto de peso, y tan rápido: un estilo de vida sedentario y menos ejercicio; salarios más altos y vidas más ocupadas. Todo esto ha resultado en un aumento en ingresos disponibles y más dependencia en los restaurantes; y por supuesto un aumento en el consumo calórico y porciones más grandes. Usando como ejemplo a los Estados Unidos, en el 2010 sus habitantes consumieron un 20 por ciento más en calorías que en 1970. Los tamaños de los productos y las cantidades de las calorías en una variedad de comidas han aumentado en promedio dos a tres veces durante los últimos 19 años. Además, menos de uno de cada tres estudiantes de secundaria hacen menos de 60 minutos de actividad física diaria.
Esta es una crisis mundial y simplemente no podemos seguir por este camino. Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? La respuesta obvia es mejorar la nutrición y el ejercicio, aunque suene más fácil dicho que hecho.
Pero, mi compañía, Herbalife-- que se fundó hace casi 34 años-- se dedica a eso precisamente y lo hacemos alrededor del mundo. Es más, millones de personas usan nuestros productos diariamente para ayudarles a perder peso y a llevar un estilo de vida más activo. Para aprender más sobre lo que estamos haciendo para impactar positivamente un sinnúmero de vidas, por favor lean el siguiente artículo.*Referencia: http://compania.herbalife.com/es/blog/la-amenaza-mas-grande-a-salud-publica
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