¿Es cierto que los antojos son la manera cómo el cuerpo nos dice cuáles nutrientes carece? Lo que se cree es que la naturaleza desarrolla estos antojos de comidas específicas para que consumamos los alimentos necesarios y así reparar el déficit.
Parece que es una conexión lógica que a las mujeres embarazadas, por ejemplo, se les antojen los helados ya que carecen de calcio, o pepinillos porque necesitan de sodio. O, que queramos chocolate para que nos levante el ánimo porque nos suministra los componentes que supuestamente perdemos después de un episodio de llanto.
Pero los estudios científicos descartan estas nociones y dicen que estos antojos, en específico el intenso deseo de alguna comida, bebida o sabor en particular, no son provocados por la escasez nutricional sino que por circunstancias más complejas.
Es cierto que el chocolate contiene biológicamente algunos compuestos activos. Dos de ellos, feniletilamina y anandamida, podrían desencadenar potencialmente la liberación de químicos en el cerebro para alterar el estado de ánimo, pero su cantidad en el chocolate es muy baja que no se considera ser lo suficiente para dicho efecto. Por encima de eso, estos se descomponen durante el proceso digestivo, así que es improbable que lleguen intactos al cerebro, siendo la única manera como podrían ser de alguna utilidad.
Las mujeres embarazadas desean comidas muy dulces, picantes o saladas. Sin embargo, se cree que estos antojos de comidas no están impulsados por una necesidad nutricional en específico sino que como reflejo a un impulso natural activado por la Madre Naturaleza. En la antigüedad, cuando la comida era escasa, el antojo por comidas muy apetitosas ayudaba para aumentar el consumo de calorías y asegurar el embarazo. En la actualidad, usualmente no es muy difícil obtener suficientes calorías, pero las mujeres embarazadas podrían estar usando algunos estándares culturales, tal como comiendo por dos, y así ayudarse al caer en la tentación por esos bocadillos altos en calorías.
Otro golpe para la teoría en cuestión de que los déficits nutricionales impulsan los antojos de comidas para reemplazar los nutrientes, es que se ha documentado que algunas mujeres con deficiencia de hierro consumen grandes cantidades hielo, lo que virtualmente no contiene hierro. Mi suegra hacía eso. Cuando estaba atravesando la menopausia, comía hielo en cubitos mientras veía las noticias de la noche. Se desconoce el porqué tener bajo el hierro provoca este antojo, aunque los antojos desaparezcan cuando se corrige la deficiencia de hierro.
Así que parece ser la complexidad de la persona, no tanto la complexidad de la comida, lo que da inicio a estos antojos. Tenemos tantas influencias personales, psicológicas y presiones sociales al tomar opciones alimenticias, y podemos usar los antojos como una manera para justificar el consumo.
El hielo no repara la falta de hierro, pero algunas personas aparentemente obtienen placer al masticarlo. Las mujeres embarazadas no tienen antojos de helado porque necesitan calcio, sino que porque es delicioso y porque su consumo no está permitido durante el embarazo. No son sólo los compuestos bioactivos en el chocolate por lo que lo “necesitamos.” Se nos antoja el chocolate porque es una experiencia sensorial extraordinaria: es dulce, suave, cremoso, aromático y extremadamente placentero al comerlo. Y debido a que está repleto de grasa y calorías, es una comida pecaminosa y prohibida, lo que lo hace mucho más apetitoso.
Susan Bowerman es Directora de Capacitación sobre la Nutrición de Herbalife. Susan es una Dietista Certificada y Especialista Certificada por la Junta en Dietética Deportiva.
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